BIENVENIDOS A UN UNIVERSO DE EXTASIS Y PECADOS

Hola queridos lectores,

Este blog ha sido creado para todos los fanaticos de Siete Sirenas, aqui van a encontrar material de mi novela, imagenes de sirenas que he coleccionado de la web durante muchos años y novedades. Siete Sirenas-Vas a querer pecar es la historia de siete inocentes sirenas que han sido escogidas por el demonio para llegar a la tierra. Su mision: inducir a los humanos a pecar victimas de su propia debilidad. Cada sirena representa un pecado capital, Lusta es la lujuria, Envya es la envidia, Serya es la soberbia, Lagu es la gula, Avacia es la avaricia, Ayra es la ira y Lazya la pereza.

Espero que disfruten de esta historia de pecados, lujuria y amor que he escrito para compartir con todos ustedes.

lunes, 3 de agosto de 2009

Siete Sirenas- Prólogo


Hola queridos lectores, en esta oportunidad quiero compartir con ustedes el prólogo de mi novela SIETE SIRENAS - Vas a querer pecar, espero que lo disfruten.

Infierno... Fuego... Dolor... Desesperación. Bienvenidos al reino de la maldad, al reino de los pecados, donde cada acto que se comete en la tierra es cruelmente castigado bajo el poder del primer mal. Donde el placer en el mundo hallado es meticulosamente cobrado, donde ya nada queda más que dejarse llevar por la sangre de la angustia que incendia el espíritu sin clemencia.
En este despiadado lugar, donde no existe la felicidad, encontramos a un Lucifer contemplando a las almas que se consumían por el calor de su propio pecado. Desconforme con el número de espíritus que habitaban en su reino el Señor de la Oscuridad había ideado un plan para aumentar el número de invitados a su hogar. Estaba listo para dar comienzo a su majestuosa obra. Convocó a su más leal súbdito, Afrost, presto a comenzar con su labor.
El enorme demonio hizo su aparición en cuestión de segundos, preparado ya para cumplir las órdenes de su amo.
- Es hora- exclamó Lucifer, secamente.- Tráemelas ya.
* Así será, Maestro- se limitó a responder Afrost, mientras se dirigía al fondo del mar.
La arena se resquebrajó como frágil cristal cuando de sus entrañas surgió el demonio descomunal. Con sus ojos de fuego buscaba, entre las burbujas que danzaban en el fondo del mar, a aquellas sirenas que sirvieran para sus oscuros propósitos.
El malévolo destino lo llevó hacia una atónita ninfa que miraba la escena con una mezcla de espanto y curiosidad. Era tan hermosa como él necesitaba, perfecta para sus crueles intenciones. La monstruosa criatura tomó a la sirena bruscamente por el brazo y le dijo con su voz de trueno:
- Llévame con las sirenas más hermosas que el mar ha creado con su mágico vaivén.
La horrorizada joven lo condujo a sus amigas, mientras su corazón latía enloquecido. Todavía no podía creer lo que estaba sucediendo, pero su boca no se animaba pronunciar ni una sola pregunta.
Cuando llegaron al lugar en donde se encontraban seis bellas sirenas, nadando sensualmente entre las algas, Afrost se sintió deleitado. Su misión prácticamente estaba por concluir y la verdadera pesadilla por comenzar.
La desdichada sirena se liberó del fuerte brazo que la aprisionaba y nadó veloz con sus amigas. Las siete sirenas se enviaban miradas perplejas y asustadas. Sus interrogantes crecían a cada instante, pero pronto la verdad quedaría al descubierto y era algo que en realidad nunca hubieran querido averiguar.
- ¿Qué es lo que harás con nosotras?- preguntó la más joven, mientras apretaba nerviosamente sus manos.
- Ya lo verás... No hay nada que temer- dijo Afrost mientras una maquiavélica sonrisa dejaba en evidencia sus largos colmillos dorados.- He sido enviado para llevar a cabo una misión muy importante, y las necesito a ustedes.
- ¿De dónde vienes?- se animó a preguntar otra sirena.
- Mi hogar se encuentra en las profundidades de la tierra, en donde todo permanece oculto de las miradas atrevidas de los humanos, provengo del fuego que arde siempre, esperando saciar sus llamas con las almas que voluntariamente se alejan de la gracia. Un lugar tan apartado de la luz, que el más mínimo destello me enceguece y lo único que deseo es que la luz cese para siempre.
Las jóvenes no podían entender exactamente a lo que él se refería, sin embargo, escuchaban cada palabra atentamente, como si su concentración les permitiera encontrarle algún sentido a sus oscuras frases.
- Ustedes son lo más sublime que el mar ha concebido, son la armonía perfecta entre la naturaleza inmaculada y lo humano. Una mezcla de perfección con mezquinas debilidades, portadoras de una belleza sin par que podría significar la perdición para cualquiera que se atreva a mirarlas. Sus almas son muy codiciadas y lo más importante, sus rostros podrían significar la perdición de muchos, y por esto precisamente es que me encuentro aquí, para robarme del claro espejo del agua lo que ya no le pertenecerá jamás. Ustedes ahora serán de mi amo y no hay nada ni nadie que pueda rescatarlas de su nefasto destino.
Sin decir más nada, sus ojos de fuego resplandecieron con verdadero odio. Una mezcla de euforia y locura se había apoderado de su ser y sus garras se dirigieron amenazantes hacia aquellas danzantes escamas que se agitaban desesperadas, intentando escapar de lo inevitable.
Una a una las sirenas se fueron transformando en contra de su voluntad. Alas negras nacieron de sus delicadas espaldas, sus ojos cambiaron de color y sus níveas manos se transformaron en garras. A pesar de los monstruosos cambios, sus rostros conservaban su hermosura intachable y un dejo de su corazón se reflejaba en sus angustiados ojos.
Toda esta metamorfosis fue acompañada por los gritos desgarradores de las inocentes, pero sus nobles corazones ya no podrían latir como antes, ahora sus espíritus estaban influenciados por el Señor de las Tinieblas y en sus venas corría el veneno de la maldad que todos llevamos dentro... liberada, hambrienta, destructora.
Afrost contemplaba su macabra obra satisfecho. Sus monstruos habían aparecido y las jóvenes estaban preparadas para acatar las órdenes.
- Muy bien, ahora les diré sus nombres y comenzaré a explicarles su labor...- señalando a cada una dijo: -Tú, bella criatura de ojos azules eres Lusta. Tú dejaras de lado tu aninanición del pasado y serás Lagu. Tú eres la raíz de todos los pecados, Serya. Tú serás la reina del mal más común entre los hombres, Envya. Tú te convertirás en una ambicisiosa criatura, Avacia. Tú harás temblar el suelo donde camines, Ayra. Y tú jovencita eres la reina de la apatía, Lazya.
Las sirenas sonrieron, un poder sombrío las invadía y sabían que detrás de sus nombres y su irresistible encanto, se encontraban las armas más letales para vencer la batalla que estaba dando comienzo.
- Queridas mías, su deber es muy sencillo, serán enviadas a la tierra en donde sus cuerpos tomaran formas humanas, se mezclaran con esas patéticas criaturas y las seducirán. Cada una tendrá una misión especial que será informada en determinado momento. Cuando logren su cometido, sus bellos ojos robaran las almas de aquellos que logren conquistar y las llamas eternas se deleitaran con su obra maestra. Ahora ustedes son poderosas y nadie las detendrá, les he dado un don muy especial y creo que ya comienzan a sentir los efectos del poder. Ahora naden hacia la superficie, dejen que sus cuerpos besen la arena y una vez en ella, transfórmense en sus enemigos para poder robarle a la tierra sus amados hijos. Es el momento de la venganza, el mar ya ha sufrido demasiado y creo que es hora de que los soberbios e insaciables humanos comiencen a pagar por sus pecados.
Cuando pronunció la última palabra de su interior escapó una risa aterradora que hizo temblar al mar. Finalmente había obtenido lo que quería y su amo estaría muy orgulloso de él. Los sumisos espíritus estaban preparados para atacar y tan sólo era cuestión de tiempo para que la humanidad pereciera en la red de tentaciones que las preciosas jóvenes tejerían sobre los mortales.
Las ninfas nadaron hacia la superficie, tal como se les había ordenado. Extendieron sus tenebrosas alas y volaron lejos de su hogar, para aterrizar suavemente en la dorada arena que parecía esperarlas. Una vez lejos de la orilla, sin saber cómo, sus diabólicas formas desaparecieron dejando solamente su increíble belleza y un par de hermosas piernas que se estremecieron cuando el sol las acarició.
Las siete sirenas se miraron con malicia y echaron a reír. Estaban muy ansiosas por conseguir víctimas y poder robarles sus almas, para finalmente ser obsequiadas al reino de la oscuridad.
Se incorporaron con un poco de dificultad, pero cuando finalmente pudieron sostenerse en pie sin problemas, sus cuerpos mágicamente fueron cubiertos por delicadas vestiduras, las cuales hacían resaltar aún más la hermosura con la cual sus rostros habían sido bendecidos. Rostros que ahora las condenaban, sin siquiera ser conscientes de lo que sucedía.
Las siete caminaron lejos de la playa y cuando ésta ya era solamente un recuerdo de su pasado se separaron, cada una tomó un camino distinto y cada una se dirigía a un cruel destino que ellas mismas tenían preparado para torturar a aquellos que habían lastimado primero.

jueves, 18 de junio de 2009

Dualidades




He caído en el infierno
sin siquiera conocerlo,
soy presa del deseo
que consume mis anhelos.
Quisiera comprender
la verdad de mi ser
que estalla, grita, calla
sin que pueda conocer
un nuevo amanecer.

Tanta osadía, mentira, hipocresía,
no sé si pueda tolerarlo
pero aquí tú estás y yo intentando.
Sé que no tiene sentido lo que siento,
lo que digo, pero mi boca se mueve sin compás
intentando apagar lo que se quiere escapar.
Como poder explicar que soy presa
de mi propia decisión
y a la vez nada en mí tiene razón.

Soy yo, no soy yo, es mi cuerpo, no es mi alma,
es mi alma, no es mi cuerpo.
Dos mitades, dualidades,
que se enfrentan, que se chocan,
que se odian, se desvocan
y yo aquí confundida,
caminando a ciegas por la vida,
destruyendo, construyendo,
esta gran nada a la cual he sido condenada.

lunes, 1 de junio de 2009

LUNA LLENA



El sol hacía rato que había desaparecido del cielo para cederle su puesto a su pálida amante. El frío me enredaba el cuerpo con sus gélidos dedos y acariciaba mi cabello con furia. Estaba perdida en el medio de ese bosque, donde el día era una bendición y la noche un incierto concierto de extraños sonidos que me arrebataban el aliento.

Ya no sabía hacia dónde dirigirme. Mis labios prácticamente sangraban de tanto gritar por ayuda, ayuda que evidentemente no me sería concedida.

Las fuerzas poco a poco me abandonaban, se iban alejando de mi ser como el rocío se aleja de las flores al amanecer. El sueño comenzaba a adueñarse de mis sentidos, sin embargo, temía rendirme ante su hechizo, no podría estar tranquila en ese sitio donde sentía que miles de ojos me espiaban sin piedad. De todas maneras, el cansancio fue más poderoso y mis ojos se cerraron.

No sé cuánto tiempo transcurrió ni me importa, lo que en verdad me hace estremecer, aún ahora, es el recuerdo de aquel cálido aliento sobre mi rostro y el extraño ruido que me hizo despertar.

Al abrir mis ojos, me encontré frente a frente con un lobo. Una criatura sublime, tan hermosa como peligrosa. Creí que iba a morir, grité tan fuerte que pensé que perdería la voz para siempre. La bestia ni se inmutó ante mi miedo, muy por el contrario, en su mirada había un brillo de satisfacción. Era como si disfrutara por completo de mi temor.

Me sentía muy impotente. No podía huir, ni siquiera moverme. Muy a mi pesar era esclava de aquel animal y él parecía gozar de su dominio. Absolutamente rendida, me recosté y nuevamente cerré los ojos. Esperaba con angustia el momento en que aquellos afilados colmillos se incrustaran en mi cuerpo para desgarrar mi carne, esperaba que aquella lengua se regocijara con mi sangre. Mi corazón palpitaba con frenesí dentro de mi pecho, sentía próximo el beso de la muerte. Pero antes de que las sombras cayeran sobre mi vida para siempre y el alma se me escapara, por algún misterioso designio mi vida fue perdonada.

Al abrir mis ojos la bestia ya no se encontraba. Vi su cuerpo alejándose despacio, siendo devorado por los árboles. Todavía no puedo comprender cuál fue el motivo, lo único que recuerdo es que en ese momento deseé seguirlo.

Me incorporé rápidamente y comencé a caminar. Le seguía los pasos muy de cerca. Ahora las cosas habían cambiado, el lobo se había convertido en mi presa.

Sentía algo muy extraño dentro de mí, una imperiosa necesidad de estar con el animal se había apoderado de mi espíritu. ¿Por qué quería seguirlo? ¿Acaso buscaba el final, el sabor de lo inerte? No lo sabía, no lo sé. Simplemente lo seguí.

Finalmente el lobo se adentró en una cueva. Fue ahí donde me detuve. Las dudas nublaron mi decisión, ya no sabía qué hacer. Volver ya no tenía sentido, continuar era un peligro. Y sin embargo entré aquel sitio con el corazón anhelante.

Caminé entre las sombras por un tiempo, con mucho cuidado. Las rocas me rasguñaron y delgados hilos de sangre humedecieron mis brazos. De repente, una luz me sorprendió. Una pequeña fogata ardía, acariciaba el aire con su calor.

El lobo se encontraba tendido cerca del fuego. Al sentir mi presencia alzó su cabeza y penetró su mirada en la mía. Ya no le temía, muy por el contrario, deseaba que se acercara a mí, quería tocarlo.

El lobo comenzó a aullar y me estremeció. Con paso lento y decidido se acercó hacia mí. Fue en ese preciso instante que la cosa más maravillosa que pudo haberme ocurrido, sucedió. La bestia dio comienzo a una inexplicable transformación. Su cuerpo comenzó a crecer, su piel a desaparecer. Sus terroríficas facciones dieron lugar a un rostro bellísimo, el rostro de un hombre.

El lobo, o debería decir, el ser humano más increíble que jamás haya conocido, se colocó de pie. Se acercó a mí y comenzó a olfatearme. Él ya no tenía la forma de un animal y sin embargo continuaba siéndolo.

Su nariz se paseaba por mi cuello despacio. Sus manos aprisionaron mis brazos con fuerza y nuevamente me miró. Mi pecho se movía agitado y todo mi ser temblaba de ansiedad y deseo.

El hombre decidió saborearme, la bestia quería amarme. Su deliciosa lengua se acercó a mis pezones y un gemido se escapó de lo más profundo de mi garganta. Pero aquel húmedo puñal no detuvo su camino, continuó descendiendo, hasta llegar al lugar que tanto lo esperaba, que desesperado lo llamaba.

El placer se filtró por cada fibra de mi ser y nada podía hacer para detener el fuego que ardía en mis venas, que corría como un manantial insaciable que lo único que deseaba era extinguirse.

Decidí yacer, ya no soportaba el castigo del deseo, quería sentir al animal, al hombre o lo que fuera, dentro de mí.

Mi anhelo fue cumplido, el hombre me penetró con fuerza, haciéndome gritar. Sus ojos no dejaban de mirarme un segundo, parecía satisfecho de verme sentir tanto placer, le fascinaba escucharme gemir.

Comenzó a moverse con violencia sobre mí, llegando a lo más profundo. Sus manos se cernían sobre mis pechos, mientras su lengua se enredaba con la mía. Mis uñas se enterraron en su espalda, ya no podía más. Mi respiración estaba fuera de control, creía que iba a desfallecer de tanto amar.

La bestia también comenzó a emitir unos gemidos un tanto salvajes. Me penetró con más fuerza que antes hasta que se derramó dentro de mi ser. Yo cerré los ojos y me dejé llevar por ese momento tan excelso, permitiendo que su semen envenenara mi alma.

El hombre me miró y estrechó mi mano entre la suya. A partir de aquel momento supe que le pertenecería para siempre.

Antes de que me diera cuenta, la transformación dio comienzo. Solté la mano que me sostenía dulcemente. El placer se había desvanecido, ahora sólo restaba dolor. Mi cuerpo se estremeció ante la punzante tortura que me había hecho su víctima. El lobo me miraba y sonreía. Su plan había funcionado y no había nada que pudiera hacer para escapar.

Mis manos se transformaron en garras ante mis atónitos ojos, los cerré y quebré el silencio de la noche con mi gritos. Luego de interminables momentos de angustia caí al suelo rendida, para luego despertar transformada en un lobo.

Y ahora mi amante y yo caminamos juntos, nos saciamos, nos amamos, entre estos enigmáticos bosques que un día hicieron que perdiera mi camino, para encontrar uno distinto, para despertar mis instintos. No me arrepiento de lo sucedido y si pudiera volver el tiempo atrás haría lo mismo, porque gracias a lo inevitable conocí al verdadero amor y aunque este no sea uno normal, hubiera sido peor no conocerlo jamás.

La luna está llena. Debo abandonar mis pensamientos, mi transformación comienza, el animal en mí una vez más despierta.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Siete Sirenas Poema




Todo lo bueno, todo lo malo,

que habita en las entrañas de lo desconocido,

las hijas de la muerte, de la poesía

ensombrecidas por vidas que no son vidas.

La belleza oscura que enloquece los sentidos,

la lujuria liberada de un alma torturada,

¿cual es el secreto que yace en su ser?


No hay nada que temer,

de sus labios has de beber

y quizás puedas entender

quiénes en realidad se esconden

detrás de los secretos de los hombres.


Y si eres valiente,

tal vez un poco inconsciente,

descubrirás qué se traen en sus garras,

descubrirás qué se esconde en esa boca, de bello mármol, de finas perlas,

de peligro constante, delirante.


Y si eres un héroe ,

desafiaras su canto

para en el entendimiento cazar

lo que sus palabras en verdad

quieren expresar.


De las siete sabes que te debes cuidar,

pero en su verdadero espíritu aún la maldad no ha podido rozar,

quizás algún día la tortura pueda cesar,

ahora, solo puedes escuchar,

dejarte llevar, por sus pecaminosos cantos de mar.

martes, 14 de abril de 2009

REFLEJO (Lusta)





QUERIDOS AMIGOS,

Disculpen de todo corazón que los he tenido abandonados, es que entre mi casamiento y la luna de miel mi cabecita ha estado poco concentrada. Pero ahora he regresado y en esta oportunidad quiero compartir con ustedes un pequeño texto que refleja la complejidad de Lusta.


Lusta se observaba al espejo y se preguntaba dónde estaba el brillo de su mirar, perdido en los pliegues del antaño. Esa imagen de devoradora de hombres, de lujuria hambrienta que aguijoneaba su deseo, parecía tan distante de quien Luxya una vez había sido. Sepultada bajo el peso del pecado, sabía que su corazón debía yacer dormido mientras ejecutaba a la perfección su trabajo. No había lugar para la compasión ni el amor, el amor un día la había destruido, no tenía sentido desear recuperar algo que tanto la había lastimado.
Quien amaba yacía muerto, enterrado en el fondo del mar, perdido para siempre entre las horas olvidadas que ya no regresarían. Las caricias se esfumaron, los besos quedaron ocultos en algún oscuro rincón de su mente a la cual Lusta ya casi no tenía acceso.
Tan diferente, embebida de maldad, ahora ella debía ir en búsqueda de su nuevo destino, el impuesto por Afrost, quien la escogió como su favorita. Lusta apartó sus pensamientos mientras deslizaba un peine por su larga y rubia cabellera. Sonrió ante aquel reflejo que poco de ella tenía, su sonrisa petrificada, su mirada helada, ella estaba lista. Era hora de actuar, era hora de consumir, de fingir, hora de atrapar a algún débil humano y conducirlo a pecar.

martes, 17 de febrero de 2009

PREMIOS Y UN POEMA


Muchas gracias a Vilma Fontana de http://antologialiterariaactual.blogspot.com por su premio PALABRAS COMO ROSAS y a mi simpático y original Morbosito de http://morboliterario.blogspot.com/ por su premio de MORBOSO DEPENDIENTE, me parecio sumamente maravilloso.

Y como siempre les dejo otro de mis preciados poemas, este es de Avacia, mi niña codiciosa.

MIDAS

El dinero me seduce con su tintineo dorado,
sabes que de todos los pecados
la avaricia es el mas preciado.
Han sabido condenarme
con la debilidad de los humanos.
Siento mil lenguas ansiosas
hundiendose sin piedad, ambiciosas.

Todos quieren más, y yo estoy dispuesta a brindarlo todo,
pobres inocentes que caen en la sutil trampa del oro,
no entienden que tan elevado es el precio
para perder lo invaluable de la eternidad, necios.
Sin embargo, de su salvación no me debo precupar,
me han escogido sabiamente para condenar
y por mi meta ciegamente me dejo llevar.

Queridos Midas del mundo que con su avaricia pierden todo,
vengan a mi, amados humanos, sus espirítus codiciosos encontraran pronto la salida,
la escapatoria de esta material vida
y cuando se encuentren en las llamas
sus ojos entenderan de una vez y para siempre
que el verdadero tesoro estuvo ante su mirar
y que solamente ustedes lo dejaron escapar

lunes, 9 de febrero de 2009

Inocencia (Poema de Lazya)



La tentación de tus labios,
el oscuro secreto de tu mirada,
me ha sumido en el océano de la ignorancia,
me pregunto que sucedería si probara de tu beso
si tan sólo por un segundo mi espíritu quedara preso
entre las cadenas de tu abrazo.
Si con tu ser me entregaras el secreto de tu seducción,
no debería ser la esclava de tu enigma,
pero aquí me tienes descifrando
el secreto de tu alma.

Cuan dulce suenan las mentiras
que se escapan de mi corazón
sabes bien lo que quiero
querido desconocido,
devorarte, destruirte,
lanzarte hacia el abismo
con los ojos bien abiertos
para que no te pierdas
ni por un segundo
como destruyo tu viejo mundo.




Entre risas y dulces miradas
caerás en la trampa de mi inocencia
no hay escapatoria ni prudencia,
tan solo un poco de mí y te habrás perdido,
ya serás mío.
Espero con ansias el momento decisivo,
prometo cuidarte en mi níveo mirar
por toda la eternidad.
Solo bríndame lo que necesito
y hazme sentir que siendo la reina del infierno, existo.

Datos personales

Mi foto
Bienvenidos a mi mar